Las universidades (añadimos aquí escuelas de enseñanza de nivel medio y superior) han estado dedicadas a impartir conocimientos en lugar de producir aprendizajes efectivos, pertinentes y verificables, es decir vinculados directamente con los problemas nacionales y regionales, mediante la adquisición por los estudiantes de competencias en las que estén simultáneamente involucrados, además de los contenidos disciplinares (los saberes y las destrezas), el pensamiento complejo y las nuevas tecnologías. Dejar fuera de la agenda nacional estas realidades cruciales tiene un nombre: subdesarrollo.
El retroceso e involución que México vive actualmente ha sido producto (comprobadamente) de el sistema de enseñanza de los últimos 40 a 50 años, escuelas (hablamos de las públicas) que más que transmitir conocimiento son barracas de entretenimiento en el mejor de los casos, pasando por negocios (escuelas privadas) de muchas utilidades para un grupo, familia o institución religiosa, muchas otras podemos clasificarlas estructuralmente como campos de concentración: matando de hambruna intelectual a quienes radican en sus aulas y pasillos, haciendo a la vez tareas y “proyectos” estériles para el proceso de el conocimiento y la ciencia, pero solo algunas de estas instituciones y contando con pocos centenares de profesores y alumnos que están luchando para que el proceso de enseñanza-aprendizaje se sobreponga del mero proceso en el cual se forma simplemente “capital humano”, que tiempo después pasa a ser una fuerza de producción, llegando a vender las fuerzas de imaginación y destrezas (ahora llamadas competencias) como meras mercancías, que en el mundo “laboral” tienen una tabulación de precios y salarios perfectamente establecidos.
Días atrás, en un pequeño foro organizado por el Colegio de Economistas de el estado de Tamaulipas, escuchaba a uno de los 3 expositores decir que: “el trabajador que puede llegar a tener el mayor éxito y posicionarse con mayor ventaja en el mercado laboral es aquel que sea propietario de una aparato móvil multifuncional (BlackBerry), tener actividad constante en una red social (Facebook principalmente) y como añadidura poseer una considerable variedad de “competencias” para poder hacer frente a las exigencias del mercado” (sic). Ahora resulta que para la visión de algunos “expertos” en competencias laborales el éxito de nuestros ahora estudiantes, que en un futuro muy próximo pero poco prometedor, depende directamente del uso de estos aparatos móviles y el resultado del número de amistades y “posts” que puedas añadirle a tu red social. La obtención y uso del conocimiento queda relegado, según este sujeto y sus afirmaciones, por las nuevas “competencias” que cuentan para asegurar el éxito.
¿Dónde queda el estudiante pensante que con una tendencia crítica pueda ser escogido como un trabajador-creativo, fructífero e innovador? Pero será acaso que antes de increpar a dicho candidato para alguno de los puestos ofertados en la enredadera y escasa oferta laboral se tendrá que preguntar: ¿qué teléfono móvil utiliza y si este cuenta con conexión a la red en todo momento, con cuantos amigos cuentas en Facebook, y a quienes “sigues” en el Twitter?
Sin duda es preciso entender que estamos sumergidos en la era de las tecnologías, el acceso a la información de manera inmediata se ha convertido en el pan de todos los días para la muchos de nosotros, pero existe una gran diferencia al pretender imponer como regla general que si alguien por distintas razones no puede acceder de manera inmediata a estos recursos tecnológicos, sea no más que un ignorante. La juventud del presente se ve amenazada por la horda de violencia y encima añadimos la intimidación que se manifiesta si no se puede encajar en un mundo en el que parte del “éxito” comercializado va en función del uso de algunos aparatos y la inserción a las redes sociales y de la información. Coño!!! ¿Dónde dónde dejé mi iPod Touch?
ASC//asc
2 comentarios:
...asi es, y volviéndonos esclavos de esa tecnología creando una necesidad para posteriormente actuar sobre la misma con fines "gubernamentales", como sucede con el registro de números celulares, aun conociendo que las telecomunicaciones son un servicio de interés público protegido por la Constitución y que no puede ser negado su servicio,como lo declaró telefónica Movistar, han amenazado con restringir su uso. El presidente de la COEFETEL dijo "El día que necesiten el celular, los ciudadanos buscarán la reconexión, tal vez en unos días o en unas semanas..." evidenciando con esto el conocimiento de los dirigentes encargados de manejar esta situación sobre la dependencia de la población hacia estos artefactos de comunicación, y apesar de estar violando los derechos referentes al servicio obtienen los resultados esperados, pues saben que el usuario acude sin precedente alguno al registro de su número motivado por la necesidad "indispensable" de su teléfono móvil sin detenerse a pensar si es una acción manejada en forma justa sobre la población........@ileen
EL FIN DE TODO MONOPOLIO ES CREAR UNA NECESIDAD QUE SOLO ELLOS (EL MONOPOLIO) PUEDE SUPLIRLA.
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