PENSANDO Y ACTUANDO

EL ABISMO QUE SEPARA EL LADO DE OPINAR FRENTE AL DE ACTUAR MUCHAS VECES ES INMESURABLE, LA UNICA MANERA QUE PODEMOS REDUCIR DICHA DISTANCIA ES...

jueves, 22 de abril de 2010

HUMANOS EN VENTA



En vista que el ser humano se experimenta así mismo como vendedor y así mismo como mercancía, su autoestima depende de condiciones fuera de su control. Si tiene éxito, es valioso, sino lo tiene carece de valor. El grado de inseguridad resultante de esta orientación difícilmente será sobre estimado. Si uno siente que su propio valer no está constituido, en primera instancia, por las cualidades humanas que uno posee, sino que depende del éxito que se logre en un mercado de competencia cuyas condiciones están constantemente sujetas a variación, la autoestima es también fluctuante y a la constante de ser confirmada por otros. De aquí que el individuo se sienta impulsado a luchar inflexiblemente por el éxito y que cualquier revés sea una grave amenaza a la estimación propia; sentimientos de desamparo, de inseguridad e inferioridad son el resultado.


Si las vicisitudes del mercado son los jueces que deciden el valor de cada uno, se destruye el sentido de dignidad y del orgullo.


Es tan evidente cómo el modelo económico-social que rige en nuestro país esta potencialmente moldeando las relaciones que los cuidadanos llevan a cabo en cada momento, familiares, de pareja, en el mercado laboral, en las instancias gubernamentales, de educación, etc. Competir (sin importar el medio para lograr la finalidad buscada) sin el más mínimo interés de progreso social llega a ser la soga que en general mata de asfixia aquel que sin razón consciente desea llegar al escalón último del escalafón del éxito.


ASC//asc

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